viernes, 2 de septiembre de 2011

Realidad

Las afueras de la plaza de toros no son más que la sala de espera, el recibidor de aficionados que atienden al llamado del toro para hacerse cita y hablar de tardes anteriores y próximas, tardes históricas, toreros de ayer, hoy y mañana. Pero en nuestro país ocurre un fenómeno que parece se hace más popular con el pasar del tiempo, en las bocas de la afición la palabra más repetida entre las frases más taurinas es “Crisis”.


Para nadie es un secreto que la fiesta en Venezuela pende del hilo más delgado de toda su historia. Los tendidos vacíos acusan el estado crítico que vivimos y el pensamiento animalista, en creciente, se apodera de las mentes más jóvenes. El toro mal presentado en los pocos festejos que se dan y el mal oficio de los profesionales derivado de lo anteriormente mencionado nos lleva a un espectáculo cada vez más decadente, de la más pobre categoría. Mientras una afición afligida, desnutrida, clama por una nueva generación de mentes y manos de seda que refresque el panorama y que de un nuevo empujón a la carretilla que desde hace años viene en constante frenado.


Nuevos tiempos que hagan rebobinar los recuerdos de los más viejos, y que hagan sentir que la fiesta todavía tiene una oportunidad más. Una nueva oleada de toreros nacionales que cubran la necesidad de traer toreros extranjeros que cada día cobran más en su moneda extranjera que cada vez nos cuesta más. Una figura que ponga de moda de nuevo ir a la plaza de toros, y una muñeca que teja de nuevo el hilo grueso del que gozaba nuestra fiesta veinte años atrás.


Aunque todo lo anterior parece una fantasía, hoy en día hay novilleros trabajando fuertemente para tomar la batuta que han dejado empobrecida los toreros de hoy, hay sueños en los corazones con ganas de triunfo, y también hay una afición que espera, que a pesar de que no se hace notar en los tendidos, está ahí, esperando por el renacimiento de la fiesta de todos, nuestra fiesta.


Luis Javier Medina

No hay comentarios:

Publicar un comentario